Los objetivos de la propuesta se centran en ofrecer una solución técnica robusta y fiable. El sistema se integra con la fachada ventilada de piedra pasando desapercibida cuando no está en funcionamiento y destacando sobre ella al encenderse cuando se reduce la luz diurna.
El dimensionamiento en cuanto a potencia y luminosidad está proporcionado a las dimensiones de la fachada y la distancia de visión, a la vez que es perceptible con una mayor contaminación lumínica ampliando su rango de funcionamiento más horas del día.
La instalación está preparada para ser muy sólida respecto al ruido digital, pérdida de señal o fallo en equipos.
El elemento lumínico es una cadena de cuatro píxeles rematados en sus extremos por conectores IP68, éstos se encajan en los perforados de la piedra. Fabricamos 520 cadenas (2.080 píxeles en total). El píxel se compone de cinco elementos: un soporte mecanizado en aluminio que canaliza el cableado y funciona como disipador térmico, el módulo LED, un tubo de aluminio que sirve como encaje en la piedra y como reflector, un resinado que cubre el LED y le proporciona una protección IP68, y una tapa de cristal acrílico satinado sobre el resinado a modo de difusor.
El módulo LED propuesto se construye sobre una placa de 35mm de diámetro y contiene un total de 12 diodos LED 5730 con una temperatura de color de 4000k dispuestos en forma radial en torno al chip de control. El conjunto suma una potencia total de 4 vatios.
El procesado de la piedra consistió en la aplicación del difusor específico diseñado para la instalación más un segundo difusor que se desplazó hacia el encapsulado del píxel para mejorar la difusión con la menor pérdida lumínica.
El filtro espejado se integra con las características de reflexión de la pared en color y brillo, y aumenta el contraste del píxel entre encendido y apagado posibilitando una visibilidad óptima incluso en las horas más luminosas del día, además de proporcionar una alta resistencia a impactos y degradación por climatología.
Alimentación:
Se prestó especial atención a la distribución de la alimentación tanto para simplificar la instalación como para garantizar su robustez, ya que las carencias en este apartado provocan gran parte de los problemas de estabilidad, "flickering" y ruido digital tan habitual en instalaciones de iluminación dinámica mal resueltas.
Señal:
La distribución de la señal reduce al mínimo el número de conexiones de larga distancia entre fachada y el control central de la instalación. El protocolo de red se traduce en la propia fachada al protocolo nativo de los módulos LED mediante 6 nodos de 4 puertos cada uno, desde los cuales se maneja toda la instalación sumando un total de 17 líneas de datos independientes a una frecuencia de refresco de 50 frames por segundo.
Control central y contenido:
El cableado de red converge en dos switches ubicados en dos rocks en el interior del edificio, uno para cada ala de la instalación, a su vez estos switches se conectan al PC que maneja la instalación. El software de control es de Madrix, a través del cual inSense realizó la programación a medida de los contenidos a reproducir en la instalación.
